Hoy viajamos por tierras de Cáceres para tratar un tema
actualidad. A 150 km de Madrid encontramos el mayor complejo de ocio de
Extremadura, La Isla Marina de Valdecañas.
Se localiza en torno a dos pequeños municipios llamados El Gordo y
Berrocalejo, en pleno paraje ecológico protegido, declarado por la Red Natura
2000 Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA). El complejo de Valdecañas es un modelo a seguir en su construcción, ya
que se realizó una "restitución ambiental", plantando más de 2.000
árboles e integrando su arquitectura en el medio. El complejo ocupa 133
has, alberga 185 viviendas de lujo,
hotel, campo de golf, playa de arena,...Todo construido con una enorme
sensibilidad ecológica que conllevó la instalación de nuevas poblaciones de
aves, como así lo evidencian los últimos censos.
El
debate está abierto y hay quien duda de que La Isla de Valdecañas sea un
espacio para proteger, pues "no reúne las exigencias comunitarias de rareza, singularidad y
excepcionalidad" así lo expone Julian Mora Aliseda presidente de Monfragüe
y profesor de Geografía y Ordenación Territorial de la UNEX. En contraposición Paca Blanco, coordinadora
de Ecologistas en Acción en Extremadura, recuerda como la misma Junta pidió a
la Unión Europea su protección, aprobado en abril del 2007 como Proyecto de
Interés Regional (PIR).
En
cualquier caso, este complejo en la Isla de Valdecañas es lo más innovador que
se ha realizado en los últimos 30 años en el mundo rural de Extremadura,
generando actividad, empleo y aumento poblacional. Pero ¿sería lícito permitir la construcción de complejos residenciales en zonas protegidas?¿no estaríamos así favoreciendo la especulación urbanística y sentando precedentes que podrían acabar con todas las zonas protegidas?
Os dejamos esta reflexión, feliz semana.
Alberto del Álamo
Alberto del Álamo