Desde tiempos antiguos, el ser humano ha ido experimentando
los cambios de estación y preguntándose el porque de este fenómeno. Ya en
tiempos de los romanos se comenzó a dar nombre a estos periodos del año: Ver (prima-ver-a), Aestas (estío/verano), Autumnus
(otoño) e Hiems (hibernum/invierno).
Mucha gente cree que el origen de las estaciones depende de
la distancia que hay entre el sol y la
tierra a lo largo del viaje de esta en su órbita elíptica, pero esto es erróneo.
Con esta suposición llegaríamos a la conclusión de que tendríamos la misma
estación en ambos hemisferios en el mismo momento del año, cosa que, como sabemos, no es así.
Los factores que influyen en las estaciones son:
-
Por un lado tenemos que la Tierra tiene forma esférica. Está geometría hace que los rayos
solares (y su radiación) lleguen de forma diferente en cada lugar de la Tierra;
por ejemplo, en el ecuador llega una mayor cantidad de radiación solar por
superficie que en los polos.
-
Por otro lado podemos observar la posición del eje
axial de la Tierra (línea imaginaria que atraviesa la Tierra de polo a polo).
Este eje no se encuentra en posición vertical, sino que esta inclinado cierto ángulo;
de esta forma la radiación solar se distribuye de forma diferente entre los
hemisferios terrestres, dando lugar a la diferencia de estaciones entre ambos
hemisferios.
La inclinación del eje axial
también influye en la duración de las horas de luz diarias.
Para explicar los acontecimientos astronómicos que marcan el
cambio de estación (en función de la posición de la tierra con respecto al sol)
tomaremos como ejemplo el hemisferio norte. Así, para extrapolar al hemisferio
sur tan solo tendríamos que cambiar las estaciones por su inversa; es decir,
invierno por verano y primavera por otoño. También tendríamos que hacer esta
sustitución en el caso de los trópicos, sustituyendo el nombre de Trópico de
Cáncer por el Trópico de Capricornio.
Solsticio de invierno (Fig. 1)
Ocurre cuando los rayos solare inciden con un ángulo de 90º
sobre el Trópico de Capricornio. Por ello nos encontramos con que en la región
Antártica hay 24 horas de luz solar, el sol nunca llega a ponerse.
Solsticio de verano (Fig. 2)
Se produce cuando los rayos solares inciden con un ángulo de 90º sobre el Trópico de Cáncer. Al ocurrir esto nos encontramos con el fenómeno de Sol de Media Noche en el Ártico, el cual consiste en que hay luz solar durante 24 horas, el sol nunca llega a ponerse durante este periodo.
Equinoccios (Figs. 3 y 4)
Se dan en el momento en que los rayos solares son perpendiculares al
ecuador (ángulo de 90º), de tal forma que toda la energía solar se reparte en
igual proporción sobre la tierra, incidiendo sobretodo en la zona ecuatorial.
Este fenómeno se da entorno a 20/21 de marzo, dando comienzo a la primavera en
el hemisferio norte, y el 22/23 de septiembre, comenzando el otoño en el mismo
hemisferio.
Para finalizar, os dejamos una tabla donde podréis ver la fecha en que se darán los solsticios y equinocios en los próximos cinco años.
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Equinoccios
|
Solsticios
|
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Año
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Primavera
|
Otoño
|
Verano
|
Invierno
|
2014
|
20 de marzo
|
23 de septiembre
|
21 de junio
|
21 de diciembre
|
2015
|
20 de marzo
|
23 de septiembre
|
21 de junio
|
22 de diciembre
|
2016
|
20 de marzo
|
22 de septiembre
|
20 de junio
|
21 de diciembre
|
2017
|
20 de marzo
|
22 de septiembre
|
21 de junio
|
21 de diciembre
|
2018
|
20 de marzo
|
23 de septiembre
|
21 de junio
|
21 de diciembre
|
2019
|
20 de marzo
|
23 de septiembre
|
21 de junio
|
22 de diciembre
|
2020
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20 de marzo
|
22 de septiembre
|
20 de junio
|
21 de diciembre
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Noemí Cano Ruiz
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