En el año 2010, científicos del CSIC en un proyecto del Ministerio de Ciencia e Innovación apoyados por la Armada, realizaron esta misma expedición. Sus objetivos en esta ocasión estaban centrados en estudios oceánicos; pretendiendo conocer, entre otros, el estado de salud de los mismos.
Aunque ya era conocida la presencia de plásticos en los océanos, no era uno de los pilares de investigación principales en esta expedición. Sin embargo, según el estudio publicado ( Cozár et al. 2014) se han encontrado plásticos en el 88% de las zonas muestreadas, siendo mayor su concentración en las zonas de confluencia de las grandes corrientes marinas. Pero esto es solo el final de un largo recorrido plagado de sustancias plásticas. La zona con mayor acumulación de plásticos, es la zona del Pacífico Norte. Esto puede ser debido a la gran acumulación de población encontrada en especial en la zona asiática.
No obstante, lo curioso es que se esperaba encontrar más plástico. Apenas se ha visto el 1% del plástico que se supone se arroja a los mares (lo cual, no pensemos que es poco, si no que son entre 7.000 y 35.000 toneladas). Pero...¿dónde está el resto? os preguntareis ¿Desaparece? Sería una gran noticia, pero no es así.
Este estudio registra en plástico que está en la superficie de los mares. Pero estos plásticos, se van descomponiendo en trozos más pequeños. Gran parte de este plástico, baja a los fondos de los mares (donde desconocemos que pasa con él, así como la dinámica de los sistemas situados en estas áreas por descubrir) mientras que el resto del plástico pasa a ser ingerido por organismos marinos. Se fragmenta en pequeños trozos y es ingerido por peces o animales filtradores, enmascarado por el plancton. O bien, confundido con peces, es ingerido por aves costeras.
Puede que el animal que ingiera el plástico, muera. Pero en el peor de los casos, los trocitos pequeños pasan a formar parte de su organismo, y serán ingeridos por los depredadores de este animal, pasando a formar parte de las cadenas o de las redes tróficas. Desconocemos, a largo plazo ni en la gran escala, el impacto que esto puede tener sobre los ecosistemas.
Pero solo para reflexionar, nosotros, el ser humano, ingiere anualmente grandes cantidades de pescados y mariscos (muchos de ellos organismos filtradores), que han asimilado plástico en su interior. No se a vosotros, pero a mi personalmente, no me seduce la idea de alimentarme con restos de petróleo.
Judith Cano Ruiz
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