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domingo, 28 de junio de 2015

Día Mundial del árbol

Desde Lalariche queremos celebrar y recordar el día Mundial del árbol, 28 de junio. Con una revisión de nuestras fotos de árboles y de reforestaciones.














miércoles, 18 de marzo de 2015

El bosque Mediterráneo


Al pasear por el campo en la mayor parte de la Península Ibérica, es común que a los que somos locales nos pase desapercibida la belleza y singularidad del bosque mediterráneo.

Se trata del bioma cuarto, según la clasificación de Walter (dedicaremos a este tema una entrada especial).

A priori, podríamos pensar que el bosque mediterráneo se trata de un tipo de ecosistema, que se sitúa únicamente en zonas de la cuenca del Mar Mediterráneo. Pero no es así.

Existen en el mundo, más zonas con este tipo de ecosistema (asociado al clima mediterráneo), que podemos ver en el siguiente Mapa: Cuenca del Mediterráneo, Zonas de California, Chile, Sudáfrica y Australia. Ocupan el 2-3%  de las tierras emergidas.


Imagen de Wikipedia

¿Y que tienen en común todas estas zonas? En ellas podemos encontrar vegetación adaptada a la sequía estival, es decir, a que en las épocas de mayor temperatura sea cuando menos precipitaciones haya.

A este tipo de vegetación se le llama vegetación esclerófila mediterránea. Se trata de plantas con adaptaciones para evitar la desecación en épocas de alta temperatura y escasas lluvias; con abundancia de árboles no demasiado altos y matorral.



¿Cómo lo hacen? Existen diferentes estrategias, que pueden realizarse combinadas entre si.


- Reducción tamaño y número de hojas. Así disminuye la zona de evaporación. Por ejemplo el tomillo (Thymus sp.) tiene hojas muy pequeñas, o las retamas (Retama sphaerocarpa) pierden sus hojas en verano.

- Cutículas gruesas y menor número de estomas. Esto ocurre por ejemplo en las encinas (Quercus ilex subsp. ballota)o alcornoques (Quercus suber). Engrosan su cutícula en el haz, quedando muy duras y limitan su presencia de estomas al envés de la hoja.

- Abundante pilosidad. En el caso del envés de las encinas (zona estomática) tiene abundantes pelos para evitar el exceso de transpiración, protegiendo los estomas.



- Aceites esenciales, ceras, placas.

Imágenes de superficie de hojas vistas al Microscopio electrónico de barrido (SEM)
 
- Control de la transpiración estomática. Algunas plantas, como por ejemplo la adelfa (Nerium oleander), tienen un sistema que regula la apertura y cierre de estomas en función de las condiciones ambientales.
- Disposición de los estomas en la cara interna de las hojas que se enrollan en el periodo seco. La encina como hemos dicho, aunque más claro se ve el enrollamiento por ejemplo en el romero (Rosmarinus officinalis).

- Endurecimiento. Todas las plantas de las que hemos hablado: encina, tomillo, romero, son plantas con las hojas muy duras. Esto también ayuda como defensa contra la herbivoría.

- Crasulencia o suculencia: por ejemplo especies del género Sedum, que aparece típicamente en los tejados. 


También en estos ambientes existe otro factor para el que las plantas deben estar adaptadas: el fuego. La forma de adaptarse:

- Mecanismo de defensa contra fuego: por ejemplo el alcornoque, tiene el corcho alrededor de su tronco para aislarse del fuego.
- Rebrotadores obligados: especies capaces de rebrotar tras un incendio. Esto es un poco como el ave fénix "resurgen de sus cenizas".
- Solo se dispersan sus semillas con fuego: es el caso de algunas especies de pino, las cuales su piña no abre hasta que no tiene el calor del fuego.
- Germinadores obligados: hay semillas que no germinan, o no lo hacen con la misma facilidad, hasta que no han pasado por el fuego, como por ejemplo las jaras.


Otra característica de las zonas mediterráneas es la Pobreza en los suelos.

¿A qué se debe?

•En primer lugar a la rápida mineralización muy de la MO, no hay apenas humificación: los horizontes A están muy poco formados, a veces casi no se presentan.
•Hay muy poco carbono orgánico (relación C/N débil)
•Lavado muy escaso y costras calcáreas por evaporación (hay zonas con horizonte B de evaporación)
•Los suelos con tres horizontes A/B/C son relictos y quedan muy pocos (paleosuelos subtropicales), ej: terras rossas carbonatadas de parameras y rotlehms ácidos de Extremadura.
•Ralentización de la formación de horizontes.
•Procesos de rubefacción (deshidratación hidróxidos de hierro).


viernes, 17 de octubre de 2014

Frutos de otoño: bellotas y castañas

El otoño, es una época del año ideal para paseos por la naturaleza. Durante estos paseos, entre los que os hemos recomendado algunos (parque del príncipe, Retiro, valles extremeños o Riaza), podemos aprovechar para coger setas (solamente si sabemos, o con ayuda de un profesional) o para coger algunos frutos.

En España destacamos por su abundancia las bellotas. Estos frutos, provenientes de árboles del género Quercus (que en latín significa cerdo, por el animal al que alimentaban) los encontramos en encinas, robles, quejigos, alcornoques o coscojas.

Durante la Edad Media, o incluso de manera más reciente en la postguerra española, han sido un alimento muy común, no solo para el ganado si no para la población.  Poseen un sabor amargo, pero si las asamos (al igual que se hace con las castañas) tienen un sabor bastante rico y un gran valor nutritivo principalmente por su contenido en glúcidos y lípidos, y debido también a su abundancia en micronutrientes como Calcio, fósforo, magnesio o hierro. Antaño, se hacia harina con ellas que se utilizaba para cocinar.

Las bellotas a veces tienen mala fama, por su amargor. Por ejemplo, son más amargas las bellotas de la alsina o encina costera (Q. ilex subsp. ilex o Q. ilex) que de la encina (Q. ilex subsp. ballota o Q. rotundifolia). En el caso de los robles peninsulares, es el Q. robur el que produce las bellotas más dulces. Si tenemos que elegir, siempre va a ser más dulce la bellota de encina. Y si las asamos y quitamos su cáscara reduciremos su amargor, que es debido a su alto contenido en taninos, gran fuente de antioxidantes.


También se pueden utilizar para realizar licor de bellota, con aguardiente y azúcar o anís, junto cuatro puñados de bellotas; o bien para realizar collares de bellota.

Otro fruto que queremos destacar del otoño son las castañas. Al igual que los Quercus, las especies del género Castanea pertenecen a la familia botánica de las fagaceas (Fagaceae). En la península ibérica encontramos principalmente de la especie Castanea sativa, originaria del este del Mediterráneo pero, según algunas teorías, extendida en la Península por los romanos, aunque cada vez se puede encontrar con más facilidad la variedad de castaño japonesa.


En las zonas donde había castaños, esta solía ser la principal fuente de hidratos de carbono de la población durante el invierno. Se pueden comer crudas, hervidas o asadas, siendo de un sabor más agradable que las bellotas; o incluso realizar harina de castaña. Esta harina ha sido muy empelada en épocas de escasez de alimentos para realizar el pan, pero ahora se utiliza para muchos dulces ecológicos. Se puede utilizar para repostería, como la crema de castaña, arroz con leche con castañas o el marrón glace, o para acompañamiento de carnes fuertes. Incluso se ha elaborado en algunas zonas cerveza de castaña.

Son ricas, como decimos, en hidratos de carbono, pero también en aceites esenciales, en potasio, fósforo o  hierro. Al igual que las bellotas contienen taninos con elevado poder antioxidante.

El único problema que plantean las castañas, es que no hay que confundirlas con las castañas de indias que son especialmente tóxicas. Los castaños de indias se plantan en parques y jardines por sus vistosas flores, pero el fruto, semejante a la castaña, puede resultar letal. Para diferenciarlos, las castañas comestibles siempre van de tres en tres en su erizo, mientras que en los castaños de indias aparecen de forma individual. Ante la duda, no lo comáis, especialmente en parques.

Desde aquí os animamos a comer castañas y bellotas: frutos secos autóctonos, silvestres y con grandes aportes nutritivos.